Dejar de vivir como un hombre común, dejar de ser un brujo negro, dejar de ser un vampiro para uno mismo y sus semejantes, es comportarse como un guerrero.
¿ Qué es un guerrero ? El guerrero es un hombre que considera su vida como un desafío, y no como un hábito aburrido. Para ello, debe olvidar necesariamente su identidad social, para no ser la imagen proyectada por los demás.
Ya se puede decir que el guerrero privilegia el "Sentimiento" a costa de la idea recibida. La razón es, en efecto, la sociedad en nosotros. - Notemos que Aristóte, el "Filósofo" por excelencia, es decir, el brujo negro vigilante, define al hombre como un "animal social" y un "animal racional", lo que equivale al mismo. - La expresión "creencia errónea" es, de hecho, un pleonasmo : toda idea es recibida. El "sentimiento" ya es más íntimo. En realidad, en todo el mundo sucede antes de la idea, pero la tarea de los brujos negros es sofocar el "Sentimiento" con el pensamiento (y no el sentimentalismo, que por el contrario es ampliamente cultivada).
"El temperamento del guerrero corta la mierda", dice Don Juan ; esta clara declaración marca que el guerrero opera primero la separación del Sentimiento de las ideas. "No importa lo que veas. Lo importante es lo que sientes."
"El guerrero no quiere ser presa, ni para sus semejantes, ni para las ideas que propagan" (lo que equivale a lo mismo).
Es en el desierto donde Castaneda, con don Juan, aprende a cazar. Este le muestra que solo puede ser cazado quien tiene rutinas, ya sea un animal o un hombre. Nuestros semejantes pueden atacarnos fácilmente si somos accesibles a sus ideas. El guerrero debe ser un cazador para no ser cazado. ¿ Qué persigue el guerrero ? Sus propias debilidades, es decir, su tendencia a dejarse llevar por los hábitos de sus semejantes.
En efecto, son nuestras rutinas las que nos hacen definibles, reconocibles, por tanto explotables. Una vez encadenados por las opiniones de los demás, por el papel que quieren que desempeñemos - constituyendo así nuestra "personalidad " que no es más que la reivindicación servil y vanidosa de nuestra matrícula en este presidio - no tenemos otra opción que responder a sus expectativas. La primera urgencia para el hombre ordinario que se convierte en guerrero es transformarse de caza en cazador, de juguete pasivo en estratega activo.
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