"Para mi solo recorrer los caminos que tienen corazaon, cualquier camino que tenga corazon. Por ahi yo recorro, y la unica que vale es atravesar todo su largo. Y por ahi yo recorro mirando, mirando, sin aliento."

jeudi 11 juillet 2024

Perder su propia importancia


El guerrero actúa estratégicamente. Tiene un propósito: el poder. Todos los medios le son buenos y, por tanto, no es por "humildad moral" por lo que trata de perder su propia importancia. " La humildad del guerrero, dice don Juan, no es la humildad del mendigo. El guerrero no baja la cabeza ante nadie, pero no permite que se baje la cabeza ante él. El mendigo, en cambio, cae de rodillas al menor gesto y lame el suelo por aquel que considera superior a él, pero al mismo tiempo exige de aquel que está más abajo que le lama el suelo" (Historias de poder).

Su humildad está de acuerdo con todo lo que le rodea: no ser ni más ni menos importante que nadie, es considerar que el mundo y nosotros mismos somos un misterio. " Y los hombres no son mejores que cualquier otra cosa." He aquí rechazado el antropocentrismo de tantas "tradiciones" a "éxtasis intelectual", antropocentrismo que no es más que una consecuencia del teocentrismo, una especulación vana y pretenciosa. El hombre no es más importante que cualquier cosa... "¿Cómo, en efecto, sentirse importante cuando sabemos que la muerte nos persigue?" En un mundo en el que "no hay sobrevivientes", en el que sólo somos "las heces en las manos del poder", ¿qué importancia se puede conceder a uno mismo y a cada cosa? Perder la propia importancia es así perder la noción de la importancia de cualquier cosa o de cualquier persona. Nada es importante, sino este misterio que nuestra razón nunca descubrirá.

Las jerarquías, fundadas siempre a partir de una apreciación halagadora de sí mismo (y la "humildad" del "pecador" es la manifestación más odiosa de esta cobardía y de esta vanidad, ya que el "pecador" que es el más bajo es así el más alto) no pueden existir para el que acecha sus debilidades y es perseguido por su muerte, por el que está solo en un mundo inexplicable. Así, añadirá don Juan cuando dé a Castaneda "la Explicación de los brujos", la pérdida de su propia importancia ayuda a borrar su historia personal; para alimentarla hay que sentirse importante. La autocompasión, es decir, abstenerse de actuar libremente, es importante. Un ser que ya no se considera importante no puede dejarse llevar por la vanidad, ni por la compasión por sí mismo: quien no espera nada no puede caer en la desesperación. Simplemente sabe que solo tiene tiempo para decidir, ante su muerte inevitable. Así su vida ya no está ocupada por los deseos y las ilusiones.

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